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Pero el dragón
muy malvado Las gentes huían espantadas, Mas el anciano soberano Pero por suerte su hija, Valiente como una espada, Así era la hija del soberano, Caminó pausadamente La cueva era apestosa, -Aun puedo volver- pensó- Tras mucho meditar, Un primer paso dio, Miles de sombras danzaban Los dientes le castañeteaban,
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-¿Hay alguien en la cueva?
-¿Quien se atreve a estas horas
Flor quedó paralizada.
Así que se quedó en su sitio,
Unos pasos se aproximaban,
-¡Qué visita más estupenda!
Tenía las horas contadas.
-¡Traigo un presente de mi padre!
-¿Qué presente ese tan maravilloso
¿Es acaso una pócima
Algo muy fabuloso
El dragón escudriñaba
-Si me ofrecieras una silla,
El dragón escupió fuego,
Así que Flor y un dragón peligroso,
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