El aguinaldo es un obsequio hecho con ocasión de ciertas festividades (por ejemplo, Navidad, Año Nuevo, determinadas conmemoraciones o aniversarios, etc.) en simbólico deseo de prosperidad. Su origen es muy antiguo: En Roma, según las leyendas, ya en tiempos de Tito Taxio se regalaban al rey, por Año Nuevo, ramos de augurios cortados en el bosque sagrado de la diosa Strenia, por lo que se llamaban strenae. Y aunque después la fiesta fue dedicada al dios Jano, que preside los comienzos de las cosas, el nombre no cambió.

      En el transcurso del tiempo, estos regalos fueron creciendo en importancia: dátiles, miel, higos y, más tarde, ramas cubiertas de oro y otros objetos preciosos. Esta costumbre - cuyos festejos se prolongaban durante varios días - se difundió por todo el imperio extendiéndose también a todos los ciudadanos.

      Todavía hoy, en las fiestas de Año Nuevo Navidad, Epifanía, pascua y otras de tradición local, este tipo de regalos tiene una gran importancia y de una manera muy especial entre los niños. En muchas aldeas, los muchachos suelen pedir el aguinaldo yendo de casa en casa en grupo, con un cesto en el que colocan los obsequios, que casi siempre consisten en dulces. Corrientemente tales peticiones - acompañadas de Canciones de colecta y la manifestación de buenos deseos - son atendidas porque el aguinaldo está considerado en la tradición popular como un don propiciatorio