GUIONES DE TEATRO DE MILA OYA

La mesa del rincón por Mila Oya




EL AYEAYE




       (Daubentonia madagascariensis) Mamífero nocturno del tamaño de un gato, de pelo negro y áspero, enormes orejas membranosas, ojos grandes dirigidos hacia adelante y cola peluda.

La longitud de la cabeza y el cuerpo es de 40 cm, y la de la cola de 55 cm. Tal vez se trate del miembro más peculiar del orden de los primates. Su aspecto y sus hábitos nocturnos le rodean de una aureola de misterio y la presencia del dedo medio alargado le añade un toque extravagante. Por lo tanto, no es de extrañar que los campesinos de Madagascar le consideren de mal agüero y, si se encuentra alguno cerca de su poblado, lo maten o abandonen este último.

       A pesar de sus características muy particularizadas, el ayeaye es casi con toda certeza un miembro del grupo lemuridos y se encuentra únicamente en Madagascar, como todos los demás Lémures. Es una especie típica de las selvas húmedas y su habitación natural es la construida en los bosques litorales del nordeste. Sin embargo, la destrucción de su hábitat forestal ha ocasionado la virtual extinción de tan notable especimen. Por fortuna, recientemente se ha introducido una docena de ejemplares en la reserva insular de Nosy Mangabe, en la bahía de Antongil (nordeste de Madagascar), y acaso sea ésta la única posibilidad de preservación. Los animales introducidos parecen haberse adaptado bien y acaso puedan representar el principio de una colonia viable. Es característico de los ayeayes el permanecer en la parte alta de los troncos verticales y en las ramas gruesas de los árboles de las selvas húmedas. Consumen una dieta mixta de insectos y plantas, pero consagran la mayor parte de sus energías a la caza de insectos. Es en esta actividad donde entran en juego dos de sus principales particularidades. Al contrario de los demás lémures, Daubentonia posee dos incisivos de crecimiento constante en la mandíbula superior y otros tantos en la inferior.

Carece de caninos y tiene un hueco (diastema) entre los incisivos y los premolares. Este tipo de dentadura de roedor se combina con el dedo medio, largo y delgado, para la búsqueda de larvas de insectos. Parece que el ayeaye utiliza su sentido del olfato y sus grandes orejas móviles para localizar las larvas debajo de la corteza de las ramas secas.

      Una vez logrado esto, usa de forma rápida e intensa los incisivos para perforar un agujero y el delgado dedo medio de una mano para extraer las larvas. No parece cierto que, como se pensó en otro tiempo, empleen el dedo largo para agujerear la corteza en busca de aquellas.Casi toda la actividad nocturna del animal se centra en la búsqueda y captura de larvas. En los períodos restantes devora pequeñas cantidades de frutas, sirviéndose de los incisivos para pelar o cascar los frutos y del dedo largo para sacar los bocados sabrosos e introducirlos luego en la boca entre los incisivos y los premolares. Puede combinar también sus dos tipos de alimento buscando larvas de parásitos en el meollo de las frutas blandas.

       Los ayeayes construyen complicados nidos en las horcaduras en forma de cazoleta de los árboles, a una altura de unos 12 m. Estos nidos están formados por una armazón de ramillas entretejidas con hojas. En un determinado territorio de habitación es fácil encontrar varios nidos, y hasta es probable que el ayeaye se mude de uno a otro.

       De vez en cuando, remoza y refuerza los nidos relativamente antiguos, en tanto que otros acaban por quedar completamente abandonados. Se trata de una especie solitaria. Cada individuo posee una habitación bastante amplia, con su propio grupo de nidos, intercabiándose a veces gritos entre los ocupantes de habitaciones adyacentes. No faltan tampoco las peleas entre vecinos.

      Es muy poco lo que se sabe acerca de la reproducción de este animal, debido a su rareza. Han sido pocas las veces que se le ha podido observar en condiciones naturales y hasta la información puramente basada en osamentas es muy escasa. Como la mayor parte de los lémures, tiene en cada parto una cría, a la que según parece lleva la madre a cuestas al modo característico de los lémures grandes. La hembra tiene sólo dos mamas, y el grado de desarrollo de las crías al nacer indica que el período de gestación debe ser bastante largo, probablemente unos cinco meses, análogamente a otros lémures mayores, como el de la cola anillada. La cría permanece junto a la madre durante algún tiempo, compartiendo el nido con ella durante el día, y probablemente aprende mucho de su conducta antes de independizarse.

       La cuestión más fascinante que se presenta en el estudio del ayeaye es la de su parentesco con los demás mamíferos. Al descubrirse el primer ejemplar, su aspecto de ardilla indujo a los autores primitivos a colocarlo en el orden de los roedores.
       Concurrió a reforzar esta interpretación la observación de que tenía unos incisivos que crecían constantemente y garras, más que uñas, en la mayor parte de los dedos. En realidad a Daubentonia se denominó originalmente Cheiromys (que significa “roedor con extremidades prensiles”) y durante mucho tiempo fue conocido por ese nombre. Solo cuando se estudió detalladamente su anatomía se llegó a la conclusión de ser un lémur muy extraño. Igual que todos los miembros de los prosimios, tiene el dedo gordo del pie oponible a los demás y posee una “garra-peine” en el segundo dedo. El cráneo presenta una bóveda ósea (barra psorbital) detrás de los ojos, y los finos detalles de la estructura craneana muestran los rasgos típicos de los primates. Por último, la placentación es notablemente similar a la de todos los otros lémures de Madagascar y no queda la menor duda de que Daubentonia es un lémur aberrante y muy especializado.
       El único otro miembro de la familia de los daubentónidos es un ayeaye fósil relativamente reciente, Daubentonia robustus, mayor que la variedad viviente, pero semejante ella en todas las demás característica del esqueleto. La mayoría de los autores hacen proceder a todos los lémures de un antepasado común aislado en Madagascar hace unos 50 millones de años; pero algunos de los rasgos peculiares de Dubentonia hacen pensar que este período fue más largo y el animal procede de una forma ancestral separado, aislado en Madagascar cuando se formó la isla.

Familia: daubentónidos. Suborden: lemurifome. Orden: primates. Clase: mamíferos.




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