GUIONES DE TEATRO DE MILA OYA

Navidad en ascensor por Mila Oya




CAMÉLIDOS LLEGADOS DE ORIENTE




       Esta familia de mamíferos, los camélidos, caracterizada por la posesión de almohadillas plantares, no llegaron precisamente de oriente, sino que sus antepasados deberán ser buscados en Norteamérica desde donde, hacia finales de la era terciaria una rama emigró a Euroasia a través del estrecho de Bering. En Norteamérica los camellos se extinguieron hacia finales del la glaciación con la especie Camelops

       Los camélidos incluyen dos géneros distintos: Camelus, del Viejo Mundo, con el camello de Arabia y el camello bactriano; y la Lama de Sudamérica, con la llama, el guanaco, la alpaca y la vicuña.

       Los camélidos difieren de otros animales con pezuñas en que el peso del cuerpo no es aplicado sobre aquellas, sino sobre las almohadillas plantares; solamente los extremos anteriores de la pezuña tocan el suelo.

Otras características de los camélidos son: el labio superior hendido, el largo y curvado cuello y la falta de piel tensora entre el muslo y el cuerpo (en contraste con lo équidos y bóvidos), por lo que sus patas parecen muy largas. Carecen de vesícula biliar, su andadura es semejante a la de los osos, jirafas y elefantes, y son los únicos mamíferos que tienen los glóbulos sanguíneos de forma elíptica. Todos los camélidos tienen un incisivo superior aislado, que en los machos de la especie Lama presenta forma de gancho y bordes agudos, semejantes a los caninos en forma de colmillo que tienen en ambas mandíbulas.


Patrulla árabe
Uadi Rum (Jordania)

      Estos dientes en forma de colmillo son un arma peligrosa y en cierto modo, sustituyen a los cuernos de la mayor parte de los demás rumiantes.

       Todos los camélidos viven en climas secos con grandes diferencias de temperatura y una elevada intensidad de radiación. Poseen gran resistencia a la deshidratación. Habitan regiones muy inhóspitas: los camélidos del Nuevo Mundo, en las altas montañas de los Andes, y los del Viejo Mundo, en desiertos y estepas. Y todos ellos prestan servicio a poblaciones humanas que viven en permanente conflicto con las fuerzas de la naturaleza.
       Son los únicos ungulados (mamíferos con casco o pezuña) que se aparean en posición reclinada. Las madres no liberan a sus crías de las envolturas embrionarias, ni las lamen para secarlas, ni ingieren la placenta. A las pocas horas de su nacimiento, las crías maman de pie, después de una breve búsqueda de las mamas; es indudable que su instinto les lleva a buscarlas en un ángulo aproximadamente intermedio entre la vertical y la horizontal. En conjunto, todos los camélidos manifiestan los mismos esquemas motores, que aparecen espontáneamente, unas veces inmediatamente después del nacimiento (como sacudirse, estirarse, revolcarse, patalear) y otras veces por etapas ( como rascarse ellos mismos, mordisquear, patear el suelo y todas las formas de comportamiento social). Aunque los dos grupos presentan diferentes actitudes de amenaza, todos los camélidos muestran un comportamiento de ataque similar: se abalanzan hacia el costado de su oponente, le muerden las patas, el cuello y la garganta ( también el cuerpo en el caso del Camelus), y presionan, a la vez, el cuello hacia abajo. Estas luchas con el cuello son típicas de muchos rumiantes carentes de cuernos. Los miembros del género Lama pueden inflingir también profundas heridas con sus dientes en forma de colmillo ganchudo. Otras veces atacan saltando, más frecuentemente Lama que Camelus, y adoptan otros comportamientos, tales como el de mordisquear las patas del adversario, echarse sobre él si se encuentra en pie y arrodillarse encima si está echado para oprimirlo con el propio peso hasta que muere. Puede ocurrir que los dos animales que están luchando se estrangulen uno a otro simultáneamente. Se conocen también curiosas tácticas de aproximación para el ritual de apareamiento. Todos los estadios del comportamiento durante la lucha están ya presentes en los juegos de los jóvenes, que son muy vivos, particularmente en los camélidos del Nuevo Mundo. A medida que los animales se hacen mayores, los juegos se van convirtiendo en verdaderas luchas. Los jóvenes juegan asimismo a competir en la carrera y a aparearse, ( montándose uno en otro), pero nunca lo hacen con objetos inanimados como muchos ungulados.


      

Camello:"buque del desierto"

Pero el más conocido entre nosotros y el más navideño de los camélidos, es el camello, el montado por los Reyes Magos de Oriente. Artiodáctilo tilópodo (extremidades que terminan en un número par de dedos de los que apoyan al menos dos), de grandes proporciones, con una o dos gibas en la espalda y adaptado a la vida de las regiones áridas.

       Existen dos especies de camello, ambas pertenecientes al Viejo Mundo: el de una sola giba, o camello de Arabia, Camelus dromedarius, del norte de África y Próximo Oriente, y el de dos gibas, o camello bactriano, C. bactrianus, de Asia. El primero no se conoce en estado salvaje, pero el segundo ha logrado sobrevivir como tal en el desierto del Gobi..

           El de Arabia se denomina dromedario, nombre que , en realidad, debería reservarse para la raza especial que se emplea como cabalgadura. Los camellos pueden medir hasta 3 m de longitud y 2,20 de altura hasta la espalda. Tienen las patas largas, el cuello largo y curvado y las orejas pequeñas. Los ojos tienen grandes pestañas y los ollares pueden cerrarse para proteger al animal contra la arena arrastrada por el viento. El pie está formado por dos dedos, unidos en la zona plantar por una membrana cutánea. En el pecho y en las articulaciones de las extremidades aparecen callosidades córneas
       Gracias a sus labios carnosos y a las prolongadas papilas que existen en el interior de la boca, el camello puede comer alimentos duros y espinosos. Es capaz de ingerir casi todo tipo de vegetación seca y, mientras ésta sea abundante, la grasa se acumulará en la giba, como almacén de energía.
       Cuando conviven camellos de Arabia y bactrianos, como ocurre en Asia Menor, sur de Rusia y Siria, son frecuentes los cruces entre ellos. Las crías resultantes se denominan tulus y son muy apreciadas por su gran fuerza y porque su actividad como animales domésticos no se ve interrumpida por los periodos de cría.
       El camello de Arabia es más ligero, tiene el pelo más corto y el color de la capa más variable que el bactriano. Son muchos los ejemplares con capa de dos colores, si bien los dromedarios blancos son los más valorados. El vocabulario árabe incluye más de 1000 expresiones referidas solamente al camello. Probablemente esta especie fue domesticada por tribus nómadas del interior de Arabia. Sin embrago, se la menciona por primera vez como animal doméstico en el siglo XI a. de J.C. en Palestina, durante la época de las invasiones madianitas. En el siglo IX a.de J.C: fue empleado en las campañas asirias contra los árabes de Mesopotamia y se utilizó en Egipto desde el siglo III. Generalmente se supone que llegó al resto del norte de África en los primeros siglos después de Jesucristo. Sin embargo, muchos autores creen, basándose en pinturas rupestres y en el hallazgo de huesos, que el camello ya se conocía como animal doméstico en el noroeste de África durante la Edad de Piedra y que, desde entonces, no ha abandonado aquella zona.
       La especie de Arabia se extiende por todo el Sahara (desde Mauritania a Somalia), Arabia, Siria, Irán, Afganistán y norte de la India con un límite sur de distribución que llega a los 13 grados Norte. Hacia el norte se le encuentra más allá del mar Caspio hasta el Turquestán ruso, donde , como ocurre en Asia Menor, cohabita con el camello de dos gibas. Se introduce más tarde en el sudoeste de África y en Australia, donde, en la actualidad, se encuentran grandes rebaños de camellos salvajes.

       Las caravanas recorren solamente 30-40 kilómetros al día, pero el camello aventaja al caballo en que es capaz de desarrollar un trote continuo que puede mantener, si es necesario, durante toda la jornada. Se sabe de recorridos excepcionales de hasta 200 km en un día pero los animales no se recuperaron hasta después de varios meses de reposo. En la época no calurosa, los camellos pueden cruzar 1000 km. de desierto caréente de agua. Tienen una gran querencia y a menudo se escapan de las zonas muy distantes para regresar a su alojamiento habitual.


Camello bactriano o camello asiático de dos gibas

       En el Sahara la formación de rebaños suele estar vigilada por el hombre. En verano la mayor parte de los rebaños no están guardados y se entremezclan frecuentemente las manadas de machos con grupos de hembras y sus crías.Muchos animales especialmente los más viejos, se mantienen solitarios. En la estación del apareamiento, desde enero a abril, los machos no toleran rivales y los rebaños deben ser vigilados continuamente. Sus propietarios los dividen en tres clases distintas: los formados por un macho , que es el jefe y hasta treinta hembras y sus crías de uno o dos años; los compuestos por machos castrados, machos jóvenes y machos enteros y los rebaños de hembras solas y sus crías recién nacidas.
       Los machos exhiben un curioso comportamiento de amenaza. Si se encuentran dos jefes de manada, este comportamiento se inicia cuando todavía están lejos el uno el otro: estiran el cuello, rechinan los dientes, escupen y sacuden la cola como un látigo. Cuando ya están más próximos, emiten un ruido como “blo-blo-blo” y agachan la cabeza para levantarla seguidamente por encima de su posición horizontal, al mismo tiempo que hacen sobresalir por un lado de la boca una especie de bolsa roja que tienen en la garganta y que parece no existir en el camello de dos gibas. También proyectan esta bolsa ante la hembra, no solo durante el apareamiento, sino también fuera de la época de cría. Los machos castrados raras veces la sacan y cuando lo hacen no por completo.
       Las hembras paren un año si y otro no. Se separan del rebaño para parir, echadas o en pie. La cría puede correr ya al cabo de 2 o 3 horas, primero con una mezcla de vacilación y andadura y después del segundo día con seguridad.


      

Los asombrosos recorridos del camello, animal maravillosamente adaptado a la vida del desierto, han dado lugar desde tiempo inmemorial a muchas leyendas que en la actualidad todavía no se han borrado de las creencias populares. La más famosa es la concerniente al almancenamiento de agua en el estómago del camello. En 1954-55 los fisiólogos K. y B. Schmidth-Nielsen investigaron este extremo, llegando a la conclusión de que las “ células de agua” de la panza, que Plinio había considerado hacía mucho tiempo como depósitos hídricos, no pueden

almacenar más de cinco litros y generalmente, solo contienen quimo húmedo. La giba tampoco tiene importancia en la economía del agua. Así el consumo de grasa da lugar a la formación de agua, pero este proceso de combustión requiere un trabajo adicional de los pulmones y por ello, una pérdida hídrica por exhalación. Al final del proceso se ha perdido exactamente la misma cantidad de agua que se formó a partir de la grasa .La giba, que en el mejor de los casos pesa 40 kg., es un depósito de energía.
       Un camello no bebe para el futuro, sino a cuenta del pasado. Bebe solamente el agua que ha perdido en la sudoración, la orina y las heces desde la última vez que abrevó. Dicha pérdida es desusadamente escasa debido principalmente a la gran variabilidad de la temperatura corporal. Mientras que otros mamíferos y los seres humanos evitan la hipertermia corporal con la sudoración, en el camello sediento, la temperatura corporal puede elevarse a 6 grados centígrados sin que el animal aparezca febril. A medida que se eleva la temperatura del aire, la temperatura corporal asciende gradualmente desde 34 grados hasta casi 41 y solamente entonces empieza a eliminar el exceso de calor por la sudoración. En el invierno y cuando el animal tiene sed las oscilaciones diarias de la temperatura corporal no pasan de 2 grados.
       Su espesa piel le protege también de la pérdida de calor, como asimismo su habito de echarse con otros individuos en pequeños grupos precisamente cuando el calor es mayor. Así se reducen las áreas del cuerpo expuestas al Sol, y no cabe duda de que cada animal recibe de sus compañeros menos calor que si estuviera directamente expuesto a aquel. En esas ocasiones su piel puede llegar a 80 grados. Además cuando el calor es grande, el camello yace siempre de cara al sol, sorprendente hábito que actua como una nueva y eficaz protección; permanece en el mismo lugar a lo largo de todo el día, ajustando meramante su posición a la solar. El cambio de lugar supondría un mayor acaloramiento ya que el suelo se calienta mucho durante el día.
       El camello puede tolerar un extraordinario grado de deshidratación y llega a perder más de un tercio de su peso corporal. Como además, es muy económico en consumo de agua, puede pasar mucho más tiempo sin beber que cualquier otro animal doméstico. El agua es absorbida de los tejidos y líquidos celulares y el suero sanguíneo permanece casi constante por lo que la circulación de la sangre pude continuar sin obstáculos.
       El camello puede apagar una sed moderada ( lo que para un dromedario supone unos 70-90 litros) de una sola vez y en diez minutos escasos. Cuando se encuentra muy sediento, ha de beber otras dos veces en varias horas para recuperar el agua que ha perdido.
       El periodo del tiempo durante el cual puede resistir sin agua depende de la temperatura, de la clase, cantidad y contenido acuoso de su alimento, del tipo de pasto y de la edad y capacidad de trabajo del animal. Investigaciones llevadas a cabo durante algunos años acerca de las necesidades alimenticias e hídricas de los camellos que pastan libremente en el Sahara, han demostrado que mientras las temperaturas no superen los 40 grados, los intervalos entre cada toma de agua individual son bastante irregulares. Aun en pleno verano, las manadas que pastan libremente por si solas, beben menos de lo que generalmente se cree.
       Los camellos se muestran de ordinario extraordinariamente moderados, ya que solo beben dos veces más que los seres humanos en la misma zona; es decir un promedio de 20-30 litros al día. El agua que es ingerida no se almacena, sino que se distribuye por todo el cuerpo dentro de las 48 horas siguientes.
       Los camellos son también muy sobrios en sus hábitos alimenticios. Ingieren diariamente al rededor de 40-50 kg. de pienso verde en los pastos primaverales suculentos pero si es necesario puede resistir durante meses con 5kg de paja al día. La ración media diaria es de 5-10 kg. (peso seco) Pero de todas formas son bastante selectivos en cuanto a sus alimentos. En cambio tienen la útil característica de que se mueven de un sitio a otro mientras pastan, en contraste con las cabras que lo arrasan todo. Así los camellos instintivamente evitan destruir los pastos del desierto. Para mantener la vida nómada, principal forma de economía en el desierto las fuentes de agua deben ser mejoradas y multiplicadas, nuestro camello de belén parece saberlo y practicarlo.
ORDEN: tilópodos CLASE: mamíferos.





PORTADA

GUIONES DE TEATRO DE MILA OYA