GUIONES DE TEATRO DE MILA OYA

El clan de los Mexetes por Mila Oya







       Todos los años por estas fechas, la estrella de Belén vuelve a ponerse de actualidad y no solo porque acostumbremos a coronar el árbol con su luz, o a instalarla en el tejado del portal del nacimiento, sino porque una vez más nos preguntamos que tiene de real y qué de mito.
       Muchos han pensado que sencillamente este elemento aparecía en la Biblia a criterio del autor, para recalcar la importancia del nacimiento de Cristo. Otros han considerado este fenómeno como un milagro imposible de explicar por la ciencia. Sin embargo muchos estudiosos se han preocupado de buscar en las crónicas de la época, indicios sobre lo que desde el punto de vista científico podría haber sido la estrella de Belén.
       Para ello el primer paso que han seguido investigadores como David Martínez Delgado, es averiguar la fecha más próxima al verdadero nacimiento de Cristo.
       Por supuesto, es conocido por todos el lapsus que el monje llamado el Exiguo, que fue el encargado de confeccionar el calendario, cometió con el año del nacimiento de Jesús. Además de no contabilizar el año 0 también erró a consecuencia del censo que se realizó en la época de Herodes. Todos recordamos de la historia sagrada que María y José abandonaron Nazaret con destino Belén con el fin de empadronarse y cumplir así la orden de Herodes. Sin embargo durante esta época se tiene constancia de la elaboración de dos censos distintos con un periodo de cuatro años de diferncia entre ellos. El Exiguo equivocó el censo y sumó a su error anterior el de otros cuatro años.
       Lo cual nos lleva a suponer que Jesucristo nació el año 5 a. de C. Intentar averiguar la fecha completa, esto es: día y mes, sería realmente imposible. Así a todo estudiosos del tema se decantan por situar el evento entre marzo y abril.
       Una vez establecida la fecha aproximada: 5 a de C. entre marzo y abril, solo resta indagar entre los documentos y crónicas de la época en busca de alusiones a fenómenos astronómicos que aporten pistas para desenmascarar la naturaleza de la estrella de Belén.


       Ningún cometa ni supernova se menciona en las crónicas de entonces, esto descarta ambas posibilidades casi con toda seguridad, pues sería extraño que dos acontecimientos tan espectaculares no apareciesen mencionados en ningún documento de astronomía de la época.
       Sin embargo se nos presentan dos posibilidades que si se mencionan en crónicas del momento. Una conjunción triple de Júpiter y Saturno en el 7 a. de C. y una nova registrada por los chinos en el 5 a. de C. Aunque una conjunción no es un fenómeno astronómico muy espectacular, debemos recordar que posiblemente los Reyes Magos, fueran astrónomos procedentes de Mesopotamia, por lo que ellos sí podrían darle importancia por lo que simbolizan. En particular la conjunción triple de Júpiter y Saturno del año 7 a. de C. fue un suceso trascendente ya que tuvo lugar en la constelación de Piscis, muy importante para los judíos y que según David Martínez Delgado, pudo haber sido interpretado por los Magos del siguiente modo: " Un rey (Júpiter, rey de los planetas) de justicia (Saturno) ha nacido entre los judíos (constelación de Piscis).
       Así a todo parece difícil que una simple conjunción de planetas que no es en si misma un suceso fuera de lo normal, impulsase a los Magos a emprender un largo viaje en dirección a Belén. Es ahí donde entran las crónicas astronómicas chinas y coreanas. Estas hablan de una nova muy brillante que apareció en la constelación de Aquilae en marzo de 5 a. de C., que se habría visto al Este al amanecer durante varias semanas. Esta fue entonces la señal definitiva que los Reyes Magos esperaban para lanzarse a la aventura. La nova marcó el camino y ellos marcharon a Belén. Ahora ya sabemos porque la Estrella de Belén corona nuestros nacimientos.






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