GUIONES DE TEATRO DE MILA OYA

La Cola por Mila Oya




IMPUESTOS: I.R.P.F



      Los impuestos son siempre impopulares ya que a nadie le gusta pagarlos. Siempre sentimos que es dinero que se va de nuestras manos, sin estar seguros en qué forma puede retornarnos. A pesar de esto, cada vez estamos más resignados a ver como aparecen más y más impuestos, o como suben los existentes de un año a otro.

       Los impuestos son, entre otros, los medios de que dispone el Estado para financiar todos los gastos e inversiones que realiza. Entre los gastos e inversiones que se abonan con estos ingresos están muchos que hacen que nuestra vida, o la vida de otros ciudadanos de nuestra comunidad, sea mejor: carreteras, hospitales, policía, bomberos, pensiones, diversos gastos sociales, y un largo etc. Una parte de estos ingresos los consume el propio Estado en su mismo funcionamiento: gastos que realizan las propias administraciones centrales, autonómicas o locales, como por ejemplo, el pago de los sueldos de los funcionarios que trabajan en ellas. Hay otros gastos que pueden parecer a algunos más bien superfluos, e incluso indeseables, como pueden ser los gastos militares. Una parte de estos ingresos desaparece como pago de intereses de la deuda que ha ido acumulando el Estado en la financiación más o menos acertada de distintas infraestructuras, o simplemente para obtener dinero con el que poder realizar el pago de los diversos gastos cuando el importe total de los ingresos ha sido inferior al de gastos.

       A pesar de existir otros muchos impuestos que el ciudadano particular debe pagar directamente, el que más duele al bolsillo en esta época, es el del IRPF (impuesto de la renta de las personas físicas), que es el impuesto por el cual el Estado recauda la contribución de cada persona individual o familia y que constituye los ingresos con los que se financiarán los gastos e inversiones colectivas.
       Entre mayo y junio, que es la época en la que hay que presentar la liquidación de este impuesto en España, comenzamos a padecer sudores fríos mientras vamos rellenando el impreso, hasta descubrir si la declaración resulta positiva (a pagar) o negativa (a devolver).

       Cuando resulta negativa, lo cual significa que Hacienda debe devolvernos dinero, nos sentimos muy contentos y hasta suspiramos de alivio, como si hubiésemos ganado algún premio en la lotería. Sin embargo, este resultado no implica que no tengamos que pagar nada por este impuesto, sino que lo que nos correspondía ya lo hemos aportado con anterioridad en las retenciones a las que han sometido a nuestras nóminas y en las cuentas corrientes, en pagos fraccionados y en ingresos a cuenta. Lo que sucede cuando la declaración resulta negativa, es simplemente que Hacienda ya ha obtenido de nosotros más dinero del que nos correspondería pagar según la ley. La cantidad que nos restituye, es simplemente la diferencia entre el importe de impuestos que debemos abonar y lo que ya hemos ido adelantando previamente con las retenciones. Es decir, ya hemos satisfecho la cantidad que el impuesto nos asignaba con anterioridad, poco a poco para que no nos duela tanto y también para que no notemos demasiado que lo estamos pagando, y al final, cuando por fin rellenamos el impreso, lo que realmente estamos haciendo es saldar las cuentas con Hacienda.

       Como todavía se suelen tardar unos meses en recibir el dinero de la devolución, nunca se sabe si es mejor que la declaración resulte positiva o negativa. En el primer caso, Hacienda no ha recibido en su totalidad el ingreso que al contribuyente le correspondería abonar a consecuencia de la renta que ha obtenido en el año fiscal, y la cantidad que sea diferencia se deberá abonar al presentar la declaración. Existe la posibilidad de aplazar el pago de una parte de esta cantidad, por tanto de retrasar todavía más el pago. Si sale a devolver es que el Estado tiene un dinero que nos pertenece y que ha permanecido en su poder durante un periodo de un año o más, ya que fue retenido el año anterior.

       Como a nadie le gusta pagar más impuestos de los necesarios, se acostumbra a buscar las distintas formas de disminuir la cuantía del pago, siempre legalmente. Al llegar los últimos meses del año, anteriores a la fecha de abonar el impuesto, los más previsores suelen interesarse por las distintas 'ofertas' que los bancos anuncian para hacer la declaración de la renta más llevadera. Ofrecen maravillosos planes de pensiones, haciendo notar la cantidad de impuestos que se ahorrarían al contratarlos, muestran unas cuentas vivienda con unas condiciones ventajosísimas, que harían que se dejase de pagar mucho dinero, o presentan distintos seguros con los que poder desgravar e invertir con condiciones muy ventajosas debido a los impuestos ahorrados. Todo el que puede permitírselo, intenta de esta forma quitarse un pellizco más o menos grande de los impuestos, contratando alguna o varias de las ofertas que se le brindan. Pero todo esto se podría haber hecho hasta el diciembre pasado, ya no ahora. El que no haya sido suficientemente previsor, en estos instantes se estará lamentando por no haber invertido un poco más en algún producto que desgrave, para no tener que pagar tanto a Hacienda. A estas alturas ya no tiene remedio y solo queda repetirnos, por enésimo año consecutivo, que para la declaración de este no pasará igual y que al final de este periodo fiscal, sí que haremos la inversión maravillosa que nos ayudará a bajar el importe de nuestros impuestos.



       Un poco antes de la campaña de este año del IRPF, se ha realizado un anuncio por parte del gobierno que alegrará a muchos. Este anuncio es el de una reforma del IRPF que contribuiría a una bajada de impuestos. Como sucede cada vez que se reforma algo por el gobierno, algunos quedarán más perjudicados con el cambio y otros más beneficiados, aunque, por las informaciones que van conociéndose, el beneficio general será bastante mayor a los perjuicios. Lo que sí estará claro es que variarán las reglas de juego con Hacienda, así que todos deberemos coger lápiz, papel y calculadora, o una hoja de cálculo, para saber como queda nuestra situación particular con el nuevo impuesto y descubrir si alguna de las inversiones que podemos estar realizando por sus beneficios fiscales, deja de ser interesante y lo fuese más alguna otra para el año próximo.

       De momento, este año tendremos que seguir con el impuesto que ya conocemos e intentar que no nos dé un ataque al corazón al ver las cantidades que aparecen en las casillas 'Cuota Líquida' y 'Cuota Diferencial'.

Jotape





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