GUIONES DE TEATRO DE MILA OYA

La Mesa del rincón por Mila Oya







       La basura se ha convertido en nuestra sociedad en un terrible problema. Las aglomeraciones urbanas cada vez más populosas producen toneladas y toneladas de basuras con las que ya nadie sabe que hacer.
       Los terribles vertederos a cielo abierto que en algún momento hemos tenido la desgracia de contemplar y oler, ya no pueden recibir ni una sola descarga más. El problema es tan acuciante que en todo el mundo civilizado la opción del reciclaje ha sido obligada.
       El primer paso para mitigar el conflicto de las basuras empieza por disminuirlas. No es esta tarea fácil. El estado debe presionar a las empresas para que produzcan manufacturas sin exceso de embalaje o para que muchos de estos sean retornables. Y desde luego impedir que las grandes multinacionales sigan quebrantando las leyes internacionales, exportando residuos a países del tercer mundo con la excusa de que es material de segunda mano. Esta terrible, injusta e ilegal práctica ha contaminado ya gran parte de África y de Asia, provocando hambrunas y extendiendo la miseria solo para que estas grandes compañías ganen cada vez más dinero. Díficil tenemos los ciudadanos luchar contra las multinacionales que se han convertido en unos poderes fácticos por encima de los estados que más que vendernos mercancías, a veces parecen que se han apoderado del planeta y nos tienen como esclavos. Ser conscientes de esta situación y percatarnos que con nuestras compras cotidianas engordamos en muchas oscuros intereses de grupos poderosos es el único camino para combatir este tipo de injusticias. La concienciación del consumidor. A pesar de ello en este artículo vamos a tratar medidas sencillas que SI podemos tomar en nuestra vida cotidiana para aliviar el problema de la basura que destroza nuestro medio ambiente.
       Dependiendo de la ciudad en la que nos encontremos, el modo de separar las basuras es diferente. Debemos estar muy atentos para seguir las directrices del ayuntamiento. Generalmente los residuos orgánicos se almacenan a parte del plástico, del papel y del vidrio. No podemos quejarnos de las autoridades ante su falta de apoyo al medio ambiente, si nosotros mismos no nos concienciamos y actuamos en la medida de nuestras posibilidades. Separar la basura a veces puede ser un engorro. O no disponemos de tantos cubos o nos ocupan demasiado en la cocina. Así a todo estas pequeñas incomodidades debemos asumirlas con optimismo. Es nuestro granito de arena para mantener nuestro planeta vivo.
       La propia Ley de Residuos nos obliga a que antes de 1 de enero del año 2001, los municipios con población superior a 5.000 habitantes implanten sistemas de recogida selectiva de los residuos urbanos que posibiliten su reciclado.
       En ese momento todos estaremos involucrados en el plan.
       Para que pueda ser tratada la basura y después convertida en otros productos que de nuevo serán elaborados, nuestra participación es fundamental. Pero no solo tenemos obligación de separar los desperdicios que generamos diariamente, además podemos tomar otras medidas igualmente beneficiosas.



      
Acostumbrarnos a adquirir productos a granel o con envases retornables.
Consumir productos no tóxicos como, detergentes sin fosfatos, pinturas sin plomo, ambientadores naturales, etc.
Nunca adquirir productos con exceso de embalaje
Ir a la compra con nuestra propia bolsa o carrito y procurar introducir en el menor número de bolsas de plástico posibles.

      Como vemos, con un poco de atención a la hora de la compra y algo de cuidado en el momento de bajar la basura, contribuiremos a que nuestro planeta sea un poco más habitable. No cuesta tanto y los beneficios son ilimitados.






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