La cartera salta por los aires
¡El rayo ha hecho en ella blanco!
Como una bola de fuego
sale por el suelo rodando.

Por fin detiene su carrera,
justo encima de un charco.
Miguel la recoge corriendo
y no para hasta su cuarto.

Está el niño rendido;
el susto ha sido de infarto.
Se acuesta a toda prisa
En un segundo está soñando.





Pero nada de lo que sueñe,
ni el sueño más insensato,
tendrá comparación alguna
con lo que se está preparando

El cuarto está en penumbra,
el niño ya está soñando
y dentro de la cartera
un garabato está bostezando

Arranca su cabecita,
despega los pies y las manos
y abre sus ojos al mundo
con un valor tremebundo,
aunque algo meditabundo,
nuestro amigo: Qux Garabato.








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Milagros Oya©